Publicado en La Tercera
Restricciones en meses de verano han tenido poco impacto indica estudio del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería. La fatiga de la población ante esta medida es evidente. Expertos proponen incorporar cuarentenas más acotadas, limitar permisos y considerar opciones parciales para que sean efectivas.
El jueves 26 de marzo de 2020 a las 22.00 horas, y por un plazo renovable de siete días, se iniciaron las primeras cuarentenas en Chile. No existían ni medicamentos o vacunas eficaces disponibles para tratar o prevenir Covid-19.
Diversos estudios resaltan el papel que tienen las cuarentenas en el control de la propagación del SARS-CoV-2, en especial cuando se implementaron tempranamente. Pero a casi un año de que se iniciaron en Chile un nuevo estudio indica que su eficacia no es la misma que cuando se comenzaron a aplicar en 2020.
Una investigación del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) estudió y analizó el impacto que han tenido las distintas medidas de confinamiento en la movilidad de la población en las diferentes regiones del país, y analizó la movilidad en comunas en cuarentena durante diciembre 2020 a enero 2021.
Los resultados evidencian que si lo que se busca es menor movilidad para reducir contagios, las últimas cuarentenas no son tan eficaces. Por ejemplo, en el caso de las comunas de la región de Tarapacá (Iquique y Alto Hospicio), que entraron a cuarentena durante la semana del 4 de enero, “esta cuarentena logra llevar la movilidad de dichas comunas a niveles similares a los que existieron durante el período final de la cuarentena anterior (finales de septiembre)”, indica el reporte.
Durante la cuarentena de enero, las comunas de Iquique y Alto Hospicio alcanzaron variaciones de movilidad de -22% y -23% con respecto al período de referencia (marzo 2020) respectivamente, valores que distan de los alcanzados durante la primera cuarentena que corresponden a -38% y -40%, respectivamente.
Lo anterior, dice el estudio, refleja que estas últimas cuarentenas fueron menos efectivas en reducir el movimiento de las personas: “Durante las 4 semanas que duraron las cuarentenas (en el mes de enero) se observa una leve tendencia al alza de la movilidad, la que es más notoria en la comuna de Alto Hospicio”.
Leonardo Basso director del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y académico de la Universidad de Chile, señala que aquellas comunas en que se aplicó cuarentena ya sean durante diciembre o durante enero lograron reducciones de movilidad que se parecen solo a las que había cuando estaban quitando las cuarentenas anteriores. Es decir, el impacto “fue bastante moderado en términos de cuánto consiguen y con un impacto que se fue disipando de manera relativamente rápida”.
Los datos corresponden a movilidad interregional, porque lo que no influyen en este caso los flujos derivados del permiso de vacaciones que se instauró en enero, indica Basso. “Son comunas en que las personas no deberían haberse estado moviendo, pero las personas se movían dentro de la misma comuna, esto no es reflejo de lo que ocurrió en vacaciones”.
Por ejemplo, en Iquique cuando vuelve a cuarentena viene de niveles de movilidad muy altos y la cuarentena efectivamente logra bajar la movilidad, pero solo un 20% de una comuna en la que no debiese estar moviendo del todo, “entonces hay un impacto, pero es un impacto que viene desde movilidades muy altas y es un impacto moderado, por lo tanto, no se consigue demasiado”, sostiene Basso.
Fatiga por cuarentena
Las razones detrás de ese impacto limitado, dice Basso, son en gran parte porque en todo Chile ya se ve una fatiga a las medidas de confinamiento: “Es evidente a estas alturas que el impacto de las medidas es moderado y con impacto corto en el tiempo. Hay simplemente fatiga en la gente con respecto al confinamiento”.
Están los aspectos socioeconómicos de todos quienes necesitan trabajar y requieren salir, dice Bosso, pero además hay un agotamiento psicológico y sensación de que las vacunas ya están llegando y con ellas el fin de la pandemia. “Lo que está pasando en todo Chile es que las cuarentenas están consiguiendo lo mismo que se había conseguido en la misma semana 3 y 4 de marzo cuando estábamos pidiendo a la gente que se cuidara y se quedara en casa por el Covid-19”, indica Basso.
Ricardo Baeza-Yates, investigador del Instituto Milenio de Fundamentos de los Datos, coincide en que no es un tema fácil y que las cuarentenas deberían ser la última medida, “el último recurso, considerando que funcionan al 100%, porque si el efecto va a ser parcial mejor no aplicarlas”.
En junio, en un estudio de Baeza-Yates se apreció que la primera cuarentena funcionó. En ese momento la movilidad bajó el 40%. “Si baja entre un 40% y un 50% es importante, pero si es 20% o menos es muy poco para detener la infección, porque esto es exponencial”, aclara.
El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile, Jorge Las Heras, explica que el cuestionamiento a la cuarentena no solo se da en Chile, también ocurre en otros países. Una medida que resultó efectiva, “cuando la pandemia alcanzó su peak cumplió su objetivo”.
Pero hoy es diferente. Pese a las últimas cuarentenas en Chile, señala Las Heras, se mantienen cifras de positividad que bordean el 7% a nivel nacional y cifras de contagios cercanos a los 4 mil diarios. “Eso representa algo, y quizás hay lugares en que se debió implementar cuarentena, pero no se hizo, pero además la fatiga es enorme y la gente termina resistiéndose”, dice.
Pese a las últimas cuarentenas en Chile se mantienen cifras de positividad que bordean el 7% a nivel nacional y cifras de contagios cercanos a los 4 mil diarios.
Para Vivian Luchsinger, investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Universidad de Chile efectivamente las personas ya se muestran agotadas de las restricciones de movimiento, “pero también es la conducta humana la que determina que tengamos más o menos casos”.
Cuando se anunció la llegada de las vacunas hubo un optimismo exagerado, sostiene Luchsinger y eso pudo provocar relajo en el respeto a las cuarentenas. “El mensaje es que gracias a las vacunas se resuelve pronto la pandemia y se acabó el problema, pero para que sea efectiva la vacunación debe ser un porcentaje amplio de la población vacunada. No estamos controlando la epidemia aun y falta para que se controle”.
Respuestas a un nuevo brote
Si hay fatiga con respecto a la cuarentena ¿Cómo responder a un nuevo brote? ¿Qué más se puede hacer? En otros países se recurre a ella pese a que no tienen tanto éxito.
Es un escenario muy complicado, reconoce Basso. Por eso, insistir en que se tomen todas las medidas de distanciamiento, uso de mascarillas, lavado de manos y si es posible quedarse en casa, para que aquellos que no pueden no salir no estén con tanto hacinamiento, serían las principales medidas. “Sigue siendo claro que el cuidado individual y colectivo es fundamental. Estamos cerca que esto se acabe y es absurdo jugar a la ruleta rusa”, advierte.
Junto con las tres medidas básicas a nivel individual (uso de mascarillas, distanciamiento social y lavado de manos) a nivel más global, dice Las Heras, se debe ser más rigurosos en los aforos. “Por ejemplo en restaurantes muchas veces eso no se respeta, dice 4 personas por mesa y hay 8”.
Considerar mayores sanciones al incumplimiento, tampoco es una alternativa. “La transgresión de la norma en Chile es considerada una conducta que se valora. Pero hay que cumplir las reglas no porque me vigilan, si no porque es bueno para mí y los demás limitar el movimiento para evitar contagios”, dice Luchsinger.
Par la investigadora del ICBM se debe hacer énfasis en la importancia de la autodisciplina y evitar los movimientos que no sean necesarios. También definir cuarentenas acotadas. “Cuando hay un periodo acotado todo el mundo está dispuesto, pero cuando hay plazo indefinido es difícil, las cuarentenas deberían estar acotadas a un periodo de tiempo, es agotador es muy difícil mantenerlas por mucho tiempo”.
Ante nuevo confinamiento, añade Basso, es importante el mensaje: “Se debe recalcan que serán medidas de shock, para que las personas puedan hacer un esfuerzo por algunas semanas, pero las medidas de cuidado individual junto con la búsqueda activa de casos, deben continuar”.
Para Baeza-Yates una forma de que las cuarentenas sean efectivas es que no existan tantos permisos para salir durante ese periodo. “Si el mismo gobierno da muchos permisos para que la gente siga trabajando, es sabotear ellos mismos las cuarentenas. Hay medidas que son inconsistentes en sí mismas, porque si no se fiscalizan esas medidas no sirven de mucho. Tampoco ha habido una buena trazabilidad y sin eso no se puede controlar el contagio”, advierte.
Si hay que hacer cuarentena que sea una cuarentena de verdad, agrega Baeza-Yates, porque si se aplicaran al 100% y por dos semanas con apoyo del gobierno, el virus disminuye. “El problema es que siempre son parciales. Las cuarentenas dinámicas fue lo peor, en una ciudad con tanta movilidad es imposible fiscalizar, con un metro que cruza toda la ciudad, eso no tiene sentido”.
En el exterior se habla de cuarentenas dinámicas en el tiempo. Es decir una semana con cuarentena y otra no. Eso permite, explica Baeza-Yates, por ejemplo, que si una persona comienza con síntomas la semana que está en cuarentena, evita contagiar en su trabajo y se puede hacer seguimiento.
Las cuarentenas dinámicas en el tiempo son importantes para los colegios, señala Baeza-Yates. “Una semana en el colegio y una semana en casa y dividir los estudiantes en grupos, baja la densidad de los estudiantes en la mitad, y ayuda a que haya menos contactos. Y la ventaja es que si uno de los niños se enferma está en la casa y se le puede avisar a los compañeros que se hagan test, se evita un brote grande y se controla mejor”.
En los trabajos se puede hacer lo mismo, la mitad viene una semana la otra viene en la otra semana. “Una alternativa que he mencionado desde que se discute el regreso a clases desde agosto del año pasado, es una medida simple. Algunos empresarios y colegios ya la están aplicando, si lo hiciera todo el mundo sería más efectivo que una cuarentena total”, asegura el investigador del Instituto Milenio de Fundamentos de los Datos.