Publicado en Emol
Solo conocemos una ínfima parte de los microorganismos que habitan la Tierra, de hecho, se calcula que desconocemos el 99,9% de ellos. Hoy, solo 10 mil especies son cultivables en laboratorios y tenemos apenas cierto nivel de comprensión sobre dos mil de estas. Aunque uno de estos microorganismos ha cambiado nuestra percepción del mundo en los últimos dos años, el universo microbiológico es mucho mayor: bacterias, hongos, protozoos, microalgas y distintos tipos de virus.
Vivimos rodeados de ellos. Si ponemos nuestra mano en una superficie, agregamos medios de cultivo y luego la observamos en el laboratorio, veremos a miles de seres microscópicos conviviendo con nosotros. Existen millones de especies invisibles que influyen en todos nuestros procesos biológicos y bioquímicos. La salud humana incluida.
Somos casi un tercio de células y dos tercios de microorganismos. Una desregulación de estos microorganismos puede producir enfermedades (lo que se conoce como disbiosis). Adicionalmente, también son fundamentales en múltiples procesos de la vida moderna, desde la producción de alimentos hasta el reciclaje de plásticos o la descontaminación del agua, entre otros.
Los aprendizajes de la pandemia muestran la pertinencia de diseñar estrategias que aborden la interfaz animal – humano – ambiente, y las amenazas y oportunidades que desde allí se desprenden, en lo que se denomina como “One Health” o “Una Salud”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las áreas que surgen de este enfoque son particularmente relevantes en la seguridad alimentaria, el control de enfermedades zoonóticas, patologías tropicales desatendidas, salud ambiental o la resistencia antimicrobiana. Este último punto es, probablemente, uno de los mayores desafíos sanitarios de este siglo.
En la actualidad, cada 45 segundos muere una persona como consecuencia de infecciones producidas por bacterias multirresistentes. Al 2050, se proyecta que 10 millones de individuos perderán la vida cada año sin una solución sostenible en la materia.
Recientemente, la Sociedad de Microbiología de Chile expuso ante la Convención Constituyente la necesidad de que el enfoque “One Health” sea incorporado en la nueva Constitución de nuestro país. Actualmente, organismos como la OMS incentivan a los países a diseñar e implementar programas, políticas, legislación e investigación para lograr mejores resultados de salud pública con este foco.
La propuesta que hemos expuesto aborda cuatro áreas. La primera, proteger la biodiversidad microbiana presente en Chile. Nuestro país dispone de una enorme variedad de ambientes naturales y extremos en su territorio, con características únicas para estos microorganismos. Pese a ello, por ejemplo, no hemos suscrito el protocolo de Nagoya (a diferencia de países vecinos, como Perú y Argentina). Es fundamental, en este contexto, avanzar en los ámbitos de biotecnología y salud ambiental, y en la prevención de futuras pandemias.
Pero además de proteger la biodiversidad, también debemos conservarla. Chile continúa al margen de los 24 países firmantes del Acuerdo de Escazú, un protocolo vinculante que busca garantizar el derecho a un medioambiente sano, entre otros puntos. Del mismo modo, nuestra propuesta apunta al desarrollo de una industria basada en la ciencia (con la reparación de ecosistemas biodegradados y la protección de la biodiversidad microbiana, entre otros focos) y la democratización del conocimiento y la activa participación ciudadana en la materia.
Las pandemias nos han acompañado a lo largo de toda la historia y la evolución humana también tiene que ver con los aprendizajes extraídos desde estas crisis, de las cuales Chile no ha estado ajeno. Por ejemplo, la epidemia de cólera en los ’90 fue fundamental para sentar las bases del sistema de tratamiento de aguas residuales en el país, cuyo impacto ha sido significativo en la mejora de condiciones sanitarias. Debemos avanzar con un adecuado enfoque de “Una Salud” para abordar con éxito los enormes retos de la interfaz entre salud humana, ambiental y animal en este siglo.
Fernando Valiente
Investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas
Facultad de Medicina U. de Chile (ICBM)
Presidente Sociedad Microbiología de Chile