Según cifras de Salud, el 0,02% de los alumnos resultó contagiado en el contexto educativo el año pasado, cifras que para distintos expertos avalan un retorno seguro. Profesores relativizan los números, pues sostienen que solo la mitad de los estudiantes asistieron a clases y advierten el efecto que podría tener el fin de los aforos y del distanciamiento social en las salas.
La campana está a punto de sonar y el regreso de los uniformes, mochilas y buses escolares está a la vuelta de la esquina. Restan menos de dos semanas para que se inicie un nuevo año escolar, en medio de una nueva polémica por la obligatoriedad -tras dos años desde la llegada del coronavirus- que regirá para la asistencia de los alumnos y las entrega de clases presenciales.
En los últimos días, el Colegio de Profesores, la Federación Nacional de Enfermeros y Enfermeras y el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, entre otros actores, pusieron en tela de juicio el retorno a las aulas, dado el rebrote de Covid-19 que afecta al país. Y a eso se sumó el nuevo protocolo que publicó el miércoles el Ministerio de Educación y que, además de refrendar que todos los colegios deben abrirse en marzo, eliminó la restricción de aforo en las salas y relativizó las medidas de distanciamiento social, al establecer que este deberá aplicarse “en la medida de lo posible”, pues lo que se deberá privilegiar es la asistencia.
Sin perjuicio de las consideraciones cruzadas, existen datos concretos de lo que fue el impacto del Covid-19 el año pasado en la educación. Así consta en los datos que por Ley de Transparencia entregó la Seremi de Salud Metropolitana a La Tercera, con un detalle de los contagios que se produjeron en los establecimientos públicos y privados.
Considerando desde febrero a diciembre, la autoridad sanitaria registró un total de 198 brotes, es decir, dos o más estudiantes contagiados en alguno de los 2.293 colegios de la capital.
Estos brotes, a su vez, sumaron 610 contagios, de los cuales 224 afectaron a funcionarios y 386 a estudiantes. Así, es posible establecer que el 0,02% del alumnado total de la región -1.400.000 niños y adolescentes- se contagió en un contexto educativo.
De acuerdo a los datos de la Seremi, hubo, además, otros 240 casos probables y los brotes arrojaron 7.145 contactos estrechos.
“Las cifras avalan que el regreso a clases presenciales ha sido seguro para los estudiantes y la correcta aplicación de los protocolos sanitarios, junto con los procesos de vigilancia epidemiológica han logrado mantener los brotes en los establecimientos con niveles muy bajos”, señala Jorge Poblete, ministro (s) de Educación.
La autoridad, además, entrega otros datos: a nivel nacional y en promedio mensual, los brotes en colegios no afectaron a más del 1,8% de los recintos y en el segundo semestre nunca se llegó al 1%. “Por lo tanto, estos 198 brotes en la RM demuestran que si bien se producen situaciones, se controlaron a tiempo”.
El representante adjunto de la Unicef en Chile, Glayson Dos Santos, ha respaldado la decisión de retomar la presencialidad. “Si vamos a diferentes estratos sociales, hay niños que dependen de las escuelas para tener acceso a alimentación. Entonces, en ese momento creemos que la mejor posición es abrir las escuelas y como el gobierno ha llevado muy en serio la respuesta al Covid-19, Chile está preparado para abrir las escuelas y no debe esperar más”.
Aunque desde el Colegio de Profesores metropolitano, su presidente, Mario Aguilar, relativiza las cifras: “Son de una confiabilidad relativa. Recordemos que hubo una muy baja asistencia, a pesar de que se abrieron los colegios, la asistencia promedio fue bajo el 50% y hubo colegios donde fue en orden al 20%”, dice.
De acuerdo al Mineduc, en tanto, la asistencia promedió el 65% en el sistema.
Otro antecedente que ponen sobre la mesa los opositores al retorno a clases es el efecto de la variante ómicron en los menores de edad: en lo que va de año, 676 niños de entre cero y cinco años se han hospitalizado por coronavirus, lo que equivale al 27% de los 2.488 menores de esa edad hospitalizados durante toda la pandemia. Es más: casi un tercio de ellos fueron internados solo la semana pasada, tendencia que también se ha visto en otras partes del mundo.
Con todo, según diversos expertos, el riesgo para niños sigue moderado. “Las cifras demuestran que el riesgo de contagio en los colegios es muy bajo. Si bien han ocurrido brotes, estos se han contenido y frenado a tiempo en su propagación. Los indicadores de letalidad también han mostrado que el riesgo es muy bajo en escolares y adolescentes”, señala Cinthya Urquidi, especialista en salud pública y académica de epidemiología de la U. de los Andes.
Miguel O’Ryan, infectólogo de la Universidad de Chile, asiente: “Basado en la experiencia internacional, los colegios son de bajo riesgo para la población y los propios estudiantes. Se debe fomentar con fuerza la vuelta a clases presenciales. Es difícil “obligar”, pero hay que incentivar fuertemente”.
Borja Besa, investigador legislativo de Acción Educar, centro de estudios chileno, complementa: “Los números demuestran que, siguiendo todas las medidas y protocolos dispuestos, los establecimientos educacionales son lugares seguros, tanto para los niños como para los profesores”.
El detalle de los brotes en la RM
De los 198 brotes y 610 casos, 69 y 253, respectivamente, se produjeron en la zona oriente que congrega a las comunas de Vitacura, Las Condes y Lo Barnechea, lo que corresponde a un 35% y 41,4%. Así, los colegios de Vitacura tuvieron 22 brotes y 92 contagios, seguidos de Las Condes (26 brotes y 80 contagios) y Lo Barnechea (21 brotes y 81 contagios).
Fue en un colegio particular de esta última comuna donde se produjo el brote que dejó más alumnos contagiados (23), el que a su vez dejó más contactos estrechos (404). Esto ocurrió en abril y un mes antes, en un recinto particular de Providencia, se produjo el brote que dejó más funcionarios infectados (16).
Y según dependencia, los colegios particulares registraron 117 brotes y 422 contagios; los particulares subvencionados anotaron 66 brotes y 159 contagios; los municipales 13 brotes con 25 contagios y tanto SLEP como de administración delegada, registraron cada uno un brote con dos contagios.
Divididos por meses, estos episodios muestran sus cifras más altas en mayo y octubre, justamente los meses en que Chile atravesaba dos grandes olas. Mayo, de hecho, fue el mes con más contagios de alumnos en colegios (103), más casos totales en colegios (147) y más contactos estrechos (2.019). En todos esos aspectos, el segundo mes más alto fue octubre, que a su vez fue el mes que anotó la cifra más alta de brotes en colegios, con 42.
Estos números, para los especialistas, no justifican prorrogar la educación remota. “Las consecuencias de dos años de falta de interacción social que se da en el colegio y las pérdidas académicas son irreversibles y los casos por Covid son más leves y más aún en vacunados. Entonces, ¿por qué no deberían volver los niños al colegio?”, se pregunta la salubrista Urquidi.
Desde el Colegio de Profesores, Aguilar retruca: “No hay que tener exceso de confianza con esas cifras, porque no son sobre la base de una muestra real, sobre lo que podría ocurrir si asisten todos los estudiantes a clases presenciales. ¿Qué va a pasar si en una sala de clases se mete a 45 estudiantes? Esa es nuestra mayor preocupación”, reclama.
(Publicado por la Tercera)