Publicado en el diario La Tercera 30 de Marzo de 2020
Viene del latín y significa “líquido viscoso, veneno”. Si bien el concepto “virus” comenzó a usarse hace poco más de un siglo, la evidencia dice que están presentes a lo largo de toda la historia humana. De hecho el faraón egipcio Ramsés V murió por complicaciones de un cuadro de viruela que dejó marcas evidentes en su rostro momificado. Durante la pandemia que afecta al mundo por el brote de coronavirus se vuelve necesario entender cómo se conforma un virus y si pueden mutar. En su interior, los virus contienen su respectivo material genético, que puede ser ADN ó ARN y determinar su función y expresión.
“Las primeras mutaciones fueron descubiertas en virus bacteriófagos, en la década de 1950” explica a La Tercera el profesor emérito de la Universidad de Texas y autor del libro “Fundaciones De La Virología”, Fredérick A. Murphy. El material genético de los virus determina su estabilidad y su tendencia a mutar. Cuando el virus entra a la célula, se sirve del mecanismo de replicación del huésped para realizar copias del material genético del virus. Así se conforman virus replicados, aunque en ese proceso existe una tasa de error que les puede otorgar características que antes no tenían.
El virus de la inmunodeficiencia humana –o VIH-, por ejemplo, tiene una gran capacidad de mutar y crear nuevas cepas. Este fenómeno también se da en otros virus: “Es por eso que la vacuna contra la influencia varía cada temporada” agrega Aldo Gaggero, director del programa de virología del instituto de Ciencias Biomédicas De La Universidad De Chile. Murphy argumenta que es casi seguro que el nuevo virus el nuevo coronavirus se originó a partir de murciélagos por mutación y selección natural, para luego evolucionar hasta volverse “capaz de infectar a humanos”