Se trata de un proyecto financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), el cual tuvo su seminario de lanzamiento el pasado miércoles 5 de junio.
La investigación, liderada por el profesor Luis Castañeda, académico del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina, fue adjudicada en el marco de la convocatoria “Anillos de Investigación en Áreas Temáticas Específicas 2023”, iniciativa perteneciente a la ANID, que busca impulsar el progreso científico y tecnológico del país, a través de la generación del conocimiento, potenciando la innovación desde una mirada multidisciplinaria.
El desarrollo del Anillo contempla el trabajo conjunto y colaborativo entre las facultades de Medicina y Ciencias de la Universidad de Chile, con el profesor Castañeda como director, y la profesora Carezza Botto, académica del Departamento de Ecología, como directora alterna. El plan de investigación se llevará a cabo a lo largo de tres regiones de nuestro país, —Región Metropolitana, O’Higgins y del Maule—, es por esto que, durante su ejecución, participará un diverso equipo de investigadores e investigadoras: Christian Figueroa y Eduardo Fuentes, académicos de la Universidad de Talca; Hugo Benítez y Margarita Correa, académicos la Universidad Católica del Maule; y Paula Irles, académica de la Universidad de O’Higgins.
El evento de lanzamiento comenzó con las palabras del profesor Leandro Carreño, director de Investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, quien comentó que “cuando salió el llamado a postulación para este Concurso Anillo Temático, yo dije «no vamos a poder postular en la facultad (de Medicina), ya que no hay nadie que estudie el cambio climático acá». Pero contra todo pronóstico, se nos acercó el profesor Luis Castañeda, nos contó la idea, y se concretó la postulación”, mencionó. “Que se haya ganado un concurso tan competitivo como este, es un gran orgullo para nosotros”, agregó el profesor Carreño.
El profesor Leandro Carreño también añadió que “este Anillo tiene una relevancia vital para la salud. Es solo cosa de ponerse a pensar en las noticias que han salido últimamente: el virus Zika, por ejemplo. Estamos preocupados de cómo han llegado plagas o insectos que antes no teníamos, y justamente la investigación de este Anillo se hace cargo de eso: combina el comportamiento ecológico de ciertos insectos, en relación con el cambio climático, pero también dirigido a distintos problemas de salud, alimentarios, entre otros”, señaló.
Asimismo, destacó la colaboración interuniversitaria del proyecto: “La colaboración entre universidades es algo que, creo, tenemos que potenciar cada vez más, enfocándonos en la descentralización y democratización de la ciencia”, aseguró. “En esta oportunidad, que la Universidad de Chile vaya acompañada de universidades tan importantes como la Universidad Católica de Maule, la Universidad de Talca y la Universidad de O’Higgins, es un verdadero honor, y también un gran desafío”, manifestó.
El profesor Carreño concluyó su intervención mencionando que “estamos súper seguros de que esto se va a convertir en un centro de excelencia ANID. Yo creo que va totalmente perfilado hacia esa dirección, así que mucho éxito y felicitaciones”, finalizó.
PIC²: Insectos Plagas y Cambio Climático
El profesor Luis Castañeda comenzó su presentación explicando que este proyecto Anillo PIC² “usa el concepto de insectos, plagas y cambio climático como un ente que une distintos aspectos importantes a nivel nacional e internacional”, comenzó mencionando. “El proyecto se basa principalmente en una problemática que es de suma relevancia, no solo para nuestro país, sino que para la humanidad, que es el cambio climático”, expresó.
El cambio climático produce una serie de consecuencias que impactan en la forma en que vivimos. De acuerdo con lo dicho por el profesor Castañeda, paulatinamente se producen “cambios en los regímenes térmicos alrededor del mundo, cambios de estacionalidad, con estaciones que se pueden volver mucho más marcadas, además de la pérdida de estaciones intermedias, y obviamente mega sequías, lo que impone desafíos a nivel de la biodiversidad, pero también sobre la población humana”. Además de lo anterior, “también se produce algo que nos interesa a nosotros para la investigación, que es la introducción de especies exóticas”, señaló.
Chile no está exento de esta realidad: “dentro de los principales escenarios que podemos tener de aquí a finales de siglo, tenemos por ejemplo el aumento de temperatura y humedad de la zona norte de nuestro país, lo que es particularmente preocupante dado que es el lugar por donde tenemos más casos de ingresos de especies exóticas, principalmente de países aledaños que tienen climas más tropicales, como Perú y Bolivia”, explicó el profesor Castañeda. Esto “puede representar una amenaza, generando un impacto a nivel productivo y también en la salud pública”, aseveró.
En las zonas centro y sur del país también ocurrirían escenarios similares, en los que “van a ir cambiando los paisajes a los que estamos acostumbrados, y ello impone presiones a nivel de población humana, en la producción agrícola y ganadera”, sostuvo el profesor Castañeda.
En este contexto, uno de los factores de conducción más importantes del cambio climático es la temperatura, y eso es particularmente importante para las poblaciones de insectos: “los insectos son conocidos por ser ectotermos. Eso significa que su temperatura corporal depende de la temperatura ambiental”, expuso el profesor Castañeda.
Esto implica, según el profesor Luis Castañeda, que “los cambios de temperatura afectan el desempeño de las poblaciones de insectos, lo que quiere decir que, hay especies que se reproducen más fácil al estar expuestas a una mayor temperatura, mientras que a otros les va mal, provocando incluso su extinción”, recalcó.
El cambio climático “produce pérdida de biodiversidad, y a su vez, entrega condiciones propicias para que ciertos insectos se expandan más de lo normal”, señaló el profesor Castañeda. Sumado a lo anterior, para combatir las plagas de insectos, “por lo general los humanos utilizamos insecticida. El problema de esto es que, como todas las especies, los insectos tienen la capacidad de evolucionar y generar resistencia a estos compuestos, para así lograr sobrevivir. Esto puede resultar complejo en el caso de especies que se beneficien del cambio de temperaturas, y que además generen resistencia a los insecticidas”, agregó.
Esas especies “son específicamente aquellas que nos preocupan, porque pueden constituir un riesgo para la seguridad alimentaria y para la salud pública”, aseveró el profesor Luis Castañeda.
Lo anterior constituye el interés principal del proyecto Anillo PIC², cuyo objetivo principal es caracterizar las bases genéticas, fenotípicas y ecológicas que expliquen los cambios de distribución y adaptación mostradas por insectos, relevantes para la seguridad alimentaria y salud pública, en respuesta al cambio climático.
Mientras que los objetivos específicos son, en primer lugar, investigar cómo los procesos impulsados por el cambio en el genoma y la microbiota asociada a insectos facilitan la redistribución y adaptación de insectos; en segundo término, indagar los efectos sinérgicos de la temperatura y la exposición crónica a los insecticidas en las características funcionales de los insectos plaga; y en tercer lugar, evaluar la adecuación de las estrategias de manejo aplicadas a especies de insectos en un contexto de cambio climático.
Respecto de los objetivos, el profesor Luis Castañeda mencionó que “durante la investigación que realizaremos durante el proyecto Anillo, creemos que en el caso de los insectos, el cambio climático puede tener dos escenarios: el primero es que haya una restricción de la evolución que haga que los insectos no generen tanta resistencia a los insecticidas como la que podríamos esperar, y el segundo es que, por el contrario, el cambio climático facilite la evolución de los insectos para generar resistencia”.
Asimismo, agregó que “lo que más esperamos, cuando cumplamos estos objetivos, es generar información que permita evaluar y entender el impacto del cambio climático sobre los insectos plaga, la aparición de resistencia a insecticidas, y sobre el éxito futuro de estrategias de manejo que se emplean en la actualidad”, aseveró.
Para lograr lo anterior, el proyecto Anillo PIC² utilizará cuatro especies de insectos: dos que tienen impacto en la agricultura, Sitobion avenae (pulgón del trigo) y Drosophila suzukii (mosca de alas manchadas); uno con impacto en la salud animal, Haematobia irritans (mosca del cuerno); y otro con incidencia en la salud humana, Triatoma infestans (vinchuca doméstica).
Según el profesor Luis Castañeda, la meta final de este proyecto Anillo es “crear un centro de excelencia, que sea un referente a nivel nacional y que tenga impacto a nivel internacional, y que permita identificar molecularmente especies introducidas; evaluar la susceptibilidad a insecticidas para determinar qué estrategias son las más adecuadas para controlar estas especies; determinar orígenes geográficos para aumentar la precaución frente a posibles ingresos de insectos plaga; y apoyo en la toma de decisiones con base científica a las instituciones públicas y privadas, para así lograr soporte en el desarrollo de políticas públicas en un mundo que cambia rápidamente”, concluyó.
El seminario finalizó con las charlas de las profesoras Carezza Botto, académica del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias UCH, quien expuso sobre especies de insectos con importancia médica en Chile; Alonso Parra del Ministerio de Salud, quien comentó detalles sobre el Programa Nacional Integral de Enfermedad de Chagas; y finalmente Margarita Correa, académica del CEIM de la Universidad Católica del Maule, quien expuso sobre la importancia de la vinculación entre el Proyecto Anillo PIC² y el sector público-privado.
Fernanda Ávila Silva / Comunicaciones Institucionales
Jueves 13 de junio de 2024