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500 días de pandemia en Chile: lo que viene ahora

Publicado en La Tercera

Reaperturas, terceras dosis y cómo volver, en parte, a la vida de hace 17 meses. Esos son los nudos a resolver que apuntan expertos, frente a un escenario epidemiológico auspicioso, pero amenazado por nuevas variantes más contagiosas, que han hecho retroceder a países que intentaron acercarse a la normalidad.

“Estamos preparados para enfrentar adecuadamente esta epidemia”, dijo el Presidente Sebastián Piñera, el 3 de marzo de 2020, cuando se conoció el primer caso de coronavirus en Chile. Ya han pasado 500 días desde esa jornada. Y con el devenir de los meses, sucesivos brotes y rebrotes, el Mandatario corrigió su postura: “No estábamos tan preparados”.

La pandemia de Covid-19 en el país hasta ayer sumaba 1.547.042 contagiados y 34.309 fallecidos. Y vista en retrospectiva, en la curva de casos diarios confirmados se pueden identificar cuatro brotes principales: en el invierno de 2020, uno menor durante el último verano y dos grandes olas, muy próximas, en abril y junio recién pasados. Estas dos últimas, además, han alcanzado la mayor proporción de toda la pandemia, con los peaks de contagios diarios y hospitalizaciones en UCI.

La última desescalada ha sido rápida -la más veloz, de hecho, de toda la emergencia- y hoy el escenario es otro. Tras una “caída libre” de los contagios, según acotan los expertos, la positividad de los exámenes de detección del Covid-19 ayer alcanzó 3,1%: el menor registro que se tenga en el país. Y la variación a nivel nacional de los casos confirmados en los últimos siete días es de -30%. Mientras, el 76,8% de la población objetivo -15,2 millones de personas- ya ha recibido su esquema completo de inmunización con alguna de las cuatro fórmulas disponibles en el país: CoronaVac, Pfizer, CanSino o AstraZeneca.

¿Qué viene ahora? Es la pregunta que se hacen los expertos que han seguido la pandemia, a 500 días de su llegada.

Dosis de refuerzo

El infectólogo de la U. de Chile Miguel O’Ryan explica que considerando que el peak de abril pasado alcanzó los nueve mil casos reportados en un día -dos mil más que para el máximo registrado en 2020-, sin ninguna vacuna disponible el escenario hubiese sido de mayor gravedad.

“Se podría haber llegado hasta 15 mil o incluso a 20 mil casos sin vacuna”, estima. Así, y aunque menos efectiva que Pfizer para evitar la transmisión de la enfermedad, la CoronaVac, el pilar del plan de vacunación en el país, sí logró evitar contagios y, por sobre todo, muertes, asevera el experto.

Frente a la dosis de refuerzo que hoy analizan las autoridades de Salud, O’Ryan es cauto. “Hay que mantener cierto grado de temor a lo diferente, como lo es la variante Delta. Pero en ningún caso es otro virus, como han planteado algunos expertos, sino que una mutación más infectiva, que probablemente va a predominar y que va a atacar principalmente a no vacunados. Dicho eso, hay que evaluar si el cambio es suficiente para que la inmunidad inducida (por la vacuna) merme y amerite una tercera dosis”, explica.

Así, ya comienza a elaborarse la evidencia en torno a la tercera inyección, de la cual hoy se evalúa si usaría la misma vacuna o si se recurrirá a un esquema de dosis combinadas.

El seguimiento que realizó la Universidad Católica por seis meses a 2.300 inoculados con las dos dosis de CoronaVac plantea que si bien solo 45 se contagiaron el virus, tres han requerido asistencia hospitalaria y ninguno ha fallecido, los anticuerpos neutralizantes contra la proteína Spike específica del coronavirus comienzan a descender a los seis meses, por lo cual se requeriría un refuerzo.

Y el mismo Minsal, hace una semana, inició un estudio clínico para poner a prueba distintas alternativas de refuerzos para los inoculados con la vacuna china del laboratorio Sinovac: una tercera dosis del mismo esquema o bien de los laboratorios Pfizer o AstraZeneca.

Así, si alguna de estas mezclas demuestra ser altamente segura y permite elevar la efectividad del esquema de inmunización, en septiembre Salud daría curso a este booster, en un inicio a adultos mayores, pacientes de riesgo y personal de salud.

Eso sí, a la fecha el Minsal ya ha autorizado a 10 pacientes vacunados con Sinovac y que están recibiendo tratamientos de inmunosupresión a recibir una tercera dosis, esta vez, de Pfizer, para elevar su respuesta inmune.

Mientras, la epidemióloga UC y miembro del Consejo Asesor Covid-19, Catterina Ferreccio, apunta a otra arista de la vacunación: los niños y niñas menores de 12 años. A su juicio, y dados los buenos resultados de la CoronaVac publicados en la revista científica The Lancet, debería autorizarse la inoculación de este grupo cuanto antes, previo a priorizar una tercera dosis en la población que ya ha completado el presente esquema.

“Con la reapertura corremos el riesgo de un brote y con una variante que está infectando principalmente a la población no vacunada”. Así, explica la experta que en estas condiciones, alcanzando buenos números en la cobertura del plan de inoculación en los adultos, “el gran reservorio del virus, donde puede multiplicarse y hacer surgir nuevas cepas, pasan a ser los niños”.

Reapertura segura

Ferreccio, además, plantea que en medio de las buenas cifras epidemiológicas y la reapertura que está viviendo la mayoría del país, “el desafío es cómo lograr que no vuelvan a subir los casos. La responsabilidad, en este momento, recayó en las personas y la experiencia nos dice que si abrimos prematuramente suben las cifras, cerramos de nuevo y así este ciclo se alarga”.

Para ello, señala el médico intensivista y jefe UCI de Clínica Indisa, Sebastián Ugarte, corresponde mirar la experiencia europea. “La reapertura tiene que ser con prudencia. No hay que caer en el error que cayeron algunas naciones europeas, como el retiro de las mascarillas y sin distancia física”, apunta

El académico en Salud Pública de la U. de Santiago Claudio Castillo recuerda que “la pandemia de la gripe española tuvo hasta cuatro olas y duró de febrero de 1918 a abril de 1920. América Latina y el Caribe tienen un cuarto de los casos mundiales, una gran inequidad en acceso a vacunas, junto con la circulación de variantes de interés y preocupación. La situación de Chile aún es de alta fragilidad”.

Frente a ello, Castillo apunta que el gobierno debe formular “un proceso de desescalada con precaución, con un plan de vacunación fortalecido para llegar a los grupos rezagados y el reforzamiento de la trazabilidad, así como instalar una mayor capacidad de secuenciación genómica”.

Sobre este punto y ante las alarmas que han instalado los expertos por la próxima apertura de fronteras, debido al riesgo que implicaría la masificación de la variante Delta – que ha generado fuertes rebrotes en Europa y Norteamérica-, Salud anunció que se establecerá un PCR al ingreso del país que permitirá reconocer, rápidamente, los distintos linajes que puedan presentarse.

La jefa de epidemiología del Minsal, Alejandra Pizarro, explica que “el resultado de PCR de mutaciones estará en menos de 24 horas. Ahora tenemos la capacidad para realizar cinco mil detecciones en los puntos de fronteras terrestres: Arica, Iquique, en el Paso Los Libertadores, Osorno, Magallanes, Aysén y en el Instituto de Salud Pública (para muestras derivadas)”, explica.

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